Bienvenido a la Ruta del Temple

Castillo de Peñíscola

EL CASTILLO DE PEÑISCOLA

El castillo residencial "del Papa Luna", es ante todo un castillo convento templario inspirado en sus predecesores de Tierra Santa y su patrón original, el castillo de Miravet. Muestra una arquitectura gótica de marcado caracter románico puro y estilo cisterciense, austero y castral.

Sin duda una obra singular que evoca un pasado imperturbable en la mente de los caballeros que la construyeron, sobretodo en un momento en que el arte gótico vive su máximo explendor. Por su estado de conservación y tipología constructiva se trata del más importante baluarte arquitectónico de la orden del Temple en todo Occidente.

Se ingresa por detrás de un baluarte que nos conduce a una puerta de arco de medio punto que flanqueada por dos torres de planta cuadrangular nos lleva a un zaguán. De aquí se puede acceder al cuerpo de guardia, al establo y al patio de armas alrededor del cual de levantan las dependencias palaciales y una terraza mirador donde correspondía el emplazamiento de la sala dormitorio de los caballeros, que no llegó a construirse.

Al norte se alza la basílica que permite un inevitable comparativo con los templos de los castillos de Miravet, Monzón y Gardeny. Junto a ella las cocinas, por el otro lado se adosan las diversas estancias y una cisterna de agua.

Desde el patio de armas podemos entrar en el llamado Salón del Comendador que es de una sola nave como lo es el Salón del Cónclave, cubierto por bóveda de medio cañón fabricada en sillería.

Se han perdido, sin embargo, a causa de las diferentes guerras contemporaneas y los ataques certeros provinientes del mar, las dependencias dormitorio de los caballeros; hoy una gran terraza mirador sobre el Mediterráneo y la Costa Azahar.

* Información: 964 480 208

La encomienda de Peñíscola

En el siglo XIII, siendo fortaleza musulmana sufre sitio por parte de las tropas de Jaime I, el Conquistador, rey de Aragón en el año 1225, fracasando en su intento de expugnarla. En el año 1233, el castillo de Borriana es conquistado por este mismo rey, Jaime I, y por mediación y diplomacia de su nuevo alcaide, don Gimeno de Urrea son convencidos los de Peñíscola para que acepten la tutela de la Corona de Aragón.

Hubo litigio por la posesión del castillo pues la familia Moncada argüían que era de su propiedad en virtud de la merced que Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, hizo a don Guillén de Moncada en el año 1147 antes de ser conquistada, sentenciando el obispo de Zaragoza en el año 1235 que el castillo pertenecía a la Corona de Aragón y no a los Moncada. En el año 1286 el rey Alfonso, el Liberal, I de Valencia y III de Aragón hace donación del castillo y villa a don Artal de Alagón.

Don Artal lo mantendrá en su poder hasta el 1293, año que realizaría un trueque con el rey de Aragón, Jaime II el Justo, pasando a ser propiedad de nuevo de la Corona de Aragón. Un año más tarde (1294) lo permuta a la Orden del Temple por la ciudad y alfoz de Tortosa; y son los templarios los artífices de la transformación de la alcazaba árabe convirtiéndolo en castillo convento.

Las obras de construcción y reforma se dilatarían entre los años 1294 y 1307, con asombrosa rapidez.

Tras la disolución de la Orden del Temple en el año 1312 pasa a manos de Jaime II, rey de Aragón, quien en el tiempo en que se creó la Orden de Montesa a instancias suyas, en el año 1317, dona la plaza a dicha orden tomando posesión definitiva de ella en el año 1319.

Castillo de Peñíscola

Pero su importancia histórica radica en haber sido la residencia del papa Benedicto XIII, don Pedro de Luna (obispo de Tortosa), quien fue acogido en la villa y el castillo de manos de la Orden de Montesa y instaló su residencia y la Santa Sede, haciéndose efectiva de pleno derecho en el año 1411. A partir de entonces y hasta 1423, año de su muerte, se realizan reformas para su nuevo uso, centradas sobretodo en la torre-residencia del pontífice.

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