La alfarería de Miravet
La Raval dels Canterers
La alfarería de Miravet tiene renombre y fama. Una tradición musulmana con raíces ibéricas y romanas que han perpetuado en el tiempo los maestros alfareros. En el barrio conocido como La Raval nos abren las puertas de sus talleres los últimos alfareros que todavía trabajan.
La Raval dels Canterers está declarada Zona de Interés Artesanal por la Generalitat de Catalunya.
Había una vez
un oficio muy antiguo en Miravet
que trabajaba la tierra del Ebro…
un oficio muy antiguo
que trabajaba la tierra del Ebro…
Tierra, agua, aire y fuego
La alquimia de la artesanía del barro requiere de cuatro elementos, tierra, agua, aire y fuego, además de la experiencia del maestro alfarero, que generación tras generación ha pasado el oficio de padre a hijo.
Los últimos alfareros
De los 25 talleres de alfarería que sobrevivieron a la Guerra Civil Española, hoy día sólo quedan 6 talleres en activo en La Raval dels Canterers .
© Canal 21 Ebre
Josep Papaseit
Seis generaciones de alfareros en la familia
La familia Papaseit lleva seis generaciones trabajando el oficio alfarero en Miravet y es uno de los talleres más cercanos al público, con tienda propia y la posibilidad de concertar visitas guiadas y talleres de torno.
No siempre están abiertos por lo que le recomendamos llamar antes y concertar visita: 977407101.
¿Sabías que la madre del poeta futurista catalán Joan Salvat Papaseit, Elvira Papaseit Orovitx, era natural de Miravet?
Visita guiada
Si es un grupo o una escuela puede concertar la visita guiada al taller de alfarería de Josep Papaseit y él mismo le hará una demostración y la explicación de las piezas más tradicionales.
Talleres de torno
También puede concertar un taller de torno y vivir la experiencia de modelar una pieza de barro.
977 407 101
Josep Papaseit
Ferran Segarra
Viniendo de Móra encontrará el taller de la familia Ferran Segarra y Teresa Pedrola. Entrar en su taller es descubrir, no sólo el oficio, sino un mundo fascinante dedicado a la alfarería, la restauración y colección particular de piezas muy antiguas y valiosas.
Un taller de obligada visita, como su página web y un tour virtual.
Hermanos Ventura
Los hermanos Ventura trabajan las formas tradicionales así como otras originales dejando volar la imaginación con una creatividad digna de ver.
Ofrecen visitas guiadas a grupos, demostraciones e incluso realizan talleres de torno en ferias. Puedes ver mucho más en su página de facebook y su tienda online.
Montse es una pionera: la primera mujer heredera de la larga tradición de su familia y hermanos Pedrola. El taller en el que antes hacían piezas destinadas a la jardinería, ha dado paso a un mundo mucho más creativo y personal. ¡No te lo puede perder!
Su taller-tienda está abierto al público y también se puede ver en instagram.
Montse Pedrola
Josep Jornet
De todos los alfareros de Miravet, Josep Jornet ha continuado la tradición familiar, haciendo tinajas, jarras y cántaros a la manera de antes. Preparando la mezcla de arcillas, embarrando, torneando y cociendo al horno de leña. Séptima y última generación.
Ver este último alfarero es viajar en el tiempo. No tiene web ni ‘mandangas’ digitales.
Tiene lo que nunca tendrá una inteligencia artificial: sabiduría, maestría y experiencia.
Ceràmic Fantàstic
La evolución en el trabajo artesano ha venido de la mano de Jordi Balart, un ceramista de autor que debutó con reconocidas exposiciones colectivas en Nueva York, entre otras, donde expuso las ‘Ventanas del Alma’.
Marcel·lí Giné. Marçaginé le encomendó su legado escultórico y ahora, en el taller de Balart en Miravet, se puede disfrutar de la obra creativa de ambos artistas, en armonía con el huerto y la botiga.
Un poco de historia
…arrierso por caminos cargados de cántaros de Miravet
Miravet y la alfarería
Miravet es conocido por su alfarería artesana. Ya desde los tiempos de los íberos, la cerámica alcanzó gran importancia para el desarrollo de la comunidad. Pero fueron los árabes quienes desarrollaron esta técnica, hasta un nivel muy elevado, aportando nuevas técnicas de Oriente, al tiempo que las fundían con la vieja tradición.
Si las teorías confluyen al afirmar que el castillo fue construido sobre un poblado ibérico, nada priva de pensar, basándonos en los hallazgos de fragmentos de cerámica de origen ibérico, que el nacimiento de esta vocación alfarera ya le viene a Miravet de su origen ibérico que irá en aumento con la introducción y herencia de la cultura islámica.
Los musulmanes establecieron la mayor parte de las técnicas y formas ceramistas, por lo que su aportación en este campo fue decisiva para entender las piezas más tradicionales que todavía hoy conservamos y se siguen trabajando.
En este aspecto técnico los árabes introdujeron el vidriado con sulfuro de plomo y sílice, así como el vidriado estannífero que, por recubrir la vasija con una capa vítrica transparente, permitiría una rica decoración conocida por decoración bajo cubierta. Los colores que utilizaban eran el verde, el rojizo y el amarronado, colores que todavía subsisten en antiguas decoraciones de jarras miravetanas que se obtenían a base de sulfuro de hierro, cobre y manganeso.
En el siglo XVIII se contabilizaron 18 alfareros, en el XIX 25 ya principios del siglo XX había veinte talleres y trabajaban más de 100 personas en torno a la producción y comercialización.
Alfarero es aquel que trabaja la tierra arcillosa y la fajona, cuando es amasada, con la ayuda del turno, para después cocerla al horno (1.000ºC). La elección de ciertos esmaltes y barnices, el tipo de tierra, la coloración rojiza que le da después de la cocción y el destino de los objetos de uso doméstico le dan una categoría dentro de la cerámica que le distingue de otros pueblos de tradición y se diferencia, pues, del ceramista, del baldoso, etc.
Es un trabajo personal, individualizado, cuando va trabajando la pieza con sus manos y sin más utensilio que unos trocitos de caña y un alambre; familiar, en cuanto a los ratos que debe ayudar la familia; y en equipo, cuando se unen dos o tres alfareros para dar fuego cuando llega el trabajo de cocer la hornada.
En Miravet los alfareros han sido llamado alfareros, pero eso no quiere decir que sólo hagan cántaros, sino jarras, primes, jarrones, torretas, etc. Sin embargo, el cántaro es la vasija más común de su artesanía. El alfarero miravetano convierte a un barra de arcilla en una serie de piezas para el uso del hogar, a la vez que sirven de decoración, con sus líneas airosas, esbeltas y elegantes, haciendo que una pieza pueda lucirse sin dejar prestar servicio práctico y utilitario.
Los alfareros trabajan el lodo del río mezclado con la arcilla, con agua caliente y de noche, para poder hacerlo a puerta cerrada con lo que evitan que se hielan la pasta y las manos! En estas circunstancias, realizan el trabajo en dos secciones: desde las nueve o las diez de la tarde, y de las dos de la madrugada hasta que amanece. Según dicen los viejos, esta precaución tradicional proviene de que las citadas horas tienen una temperatura más adecuada que las de la mañana; sin duda, por la noche no existen oscilaciones térmicas como durante el día.
Los alfareros de Miravet tienen cinco hornos alfareros. Sus especialidades eran, básicamente, dos: las grandes jarras y los catúfols; una y otra nacieron de las necesidades de la región. La tarea alfarera sigue los caprichos del tiempo. En un año de sequía los turnos no paraban de hacer cadufos y hornear sin descanso; en cambio, en época de lluvia, falta gente para abastecer jarras que es trabajo más molesto.
Las jarras grandes se hacen en tres sesiones, tantas como pisos tienen; en tamaño sólo les hacen competencia los barreños lavanderos. Sin embargo, la alfarería si se viste, se muestra sencilla con los tonos crudos como de carne desnuda. Esta mercancía solía ser vendida con carros arrieros, ya que la producción era un encargo de los vecinos del pueblo. La venta se llevaba a cabo por el mismo alfarero que se encargaba de llevar el plato a la mesa.
Las piezas tradicionales
– Jarras: se pueden dividir en tinajas (son las más grandes), los jarrones, la solsera pequeña, las tinajas, la orza normal, orza grande y orza pequeña, el “tofulet“, el “petxin”, el “petxinet” y el jabonero. Pero el modelo más usual es la solsera. Por lo general son voluminosas y tienen de dos a cuatro asas. Las funciones son variadas según las utilidades: transportar aceite, almacenar productos…
– Cántaros : Sin duda es la vasija más representativa de la alfarería miravetana. Especialmente en el pueblo hay dos tipos: el cántaro de culo ancho (también llamado aragonés) y el de culo estrecho (silueta más esbelta y equilibrada). También hay el cántaro normal, el aguadero, el alfarero o alfarilla, la gargola o pitxell, y el cántaro pequeño para los niños. Su función básica es la de trajinar agua de la fuente o del río a casa.
– Pitxells : Se dividen en diferentes vasijas: El pitxell o barran de carro, el pitxell coronado, el pitxell de tronco, el pitxell de nevera y el pitxell de seis gallos o del pájaro (este último el más típico de Miravet). Su función básica es la de beber a gallet.
Una de las piezas más reconocidas de toda la alfarería miravetana es el cántaro del pájaro. Este botijo, que pertenece a la tipología de engaño, tiene varios pitorros y no se sabe por cual mana, de modo que cuando uno va a beber y no acierta, mana por el lateral y se moja. Pero lo curioso es que no lleva un pico para llenar como los demás, sino que se llena por la base, donde lleva un agujero con un tubo. Una vez lleno, el cántaro se da la vuelta y el agua sólo puede salir por el pitorro. Además, el tronco está rematado por una torre de dos asas con un pájaro (el moixó) que normalmente mira hacia el pitorro que mana. El cántaro del pájaro es poco frecuente en Cataluña y su técnica de modelado es de las más difíciles, digna de los mejores maestros en la profesión.
– Vasijas: Los más grandes son los calandreños y los de colada, y se utilizan para lavar la ropa. Hay tamaños más reducidos, como el primo medio y el primo pequeño.
– Lebrillos: El mayor tamaño es el llamado matancero (para hacer la matanza) También existe el medio, el 3 por 2, el 2 por 1 o sangriento, el 4 por 1, el 5 por 1, el 6 por 1 o platero, así como otras piezas diversas: calentacamas, cadufos, ceniceros, sellonas, escurridoras, tumba-tortillas, saleros, morteros de alioli, comedores de conejos, abrevaderos de aves de corral, y la madriguera de conejos (este último de difícil resolución).
– Cadufos o catúfols: Son utilizados para sacar el agua de los pozos en las norias. Van atados con hierro en la rueda o noria y prácticamente ya no se hacen.
Algunos de los actuales talleres alfareros disponen de colecciones particulares y museos donde mantienen piezas únicas y de valor incalculable, remontándose en el tiempo y el espacio geográfico.
Alfarería de Miravet
- Gerreta (3 asas)
- Gerrot (4 anses)
- Solsera grande (4 asas)
- Solsera pequeña (3 asas)
- Tóful grande (4 asas)
- Tóful pequeño (3 asas)
- Solserón (2 asas)
- Petxí (2 asas)
- Jabonero (2 asas)
- Cosi
- Cántaro aguadero
- Cantera (con boquilla)
- Gargola
- Pitxell del pájaro
- Cadufo
- Lebrillo
- Calientacamas
- Bebederos y comederos
- Cantimplora
- Porrón de barral
- Porrón de segador
- Pitanzas
- Medidas de vino
- Mussola
- Tumba-tortillas
- Sallones
- Bací (Don Pedro)
- Caracolera
- Mortero
- Escurridora
- Alcuzas