La obra económica del Temple
No nos vamos a extender en aspectos harto conocidos sobre la capacidad económica y financiera de los templarios. Solamente añadiremos que en Aragón y Cataluña fueron determinantes en estos temas. A título de ejemplo, digamos que, tanto en Mallorca como en Valencia guardaban y administraban el tesoro del reino, además de los documentos y las actas reales. En Monzón guardaban las joyas y el tesoro real. Miravet administraba el archivo central y el tesoro del temple de toda la Provincia.
Las explotaciones agrarias y ganaderas, los molinos, la construcción naval, la economía urbana, la banca y la emisión de moneda. Ninguna variante de los mecanismos económicos y financieros les era ajeno.
Mientras los templarios protegieron la Corona de Aragón, no existieron hambrunas. Los tiempos posteriores a la desaparición de los caballeros van parejos a la decadencia de la Corona que ellos tanto ayudaron a consolidar. La situación de los judios también sufrió un duro revés: las juderías de Palma de Mallorca i de Tortosa eran vasallas de los templarios y recibian su protección.
La obra arquitectónica
Queremos resaltar cuatro importantes construcciones llevadas a cabo por la Orden durante toda su existencia: Miravet, Gardeny, Monzón y Peñíscola.
Miravet es el primer castillo auténticamente templario y cruzado construido a mediados del siglo XII. Estudios comparativos recientes demuestran que, no sólo estamos ante una obra totalmente innovadora en el concepto de la arquitectura militar y religiosa de la época, sino que se trata del mejor ejemplo de castillo-convento de la orden del Temple en todo occidente, junto con el de Peñíscola (150 años más tarde), que constituye el castillo templario mejor conservado de todo el occidente cristiano y el oriente medio.
El modelo de Miravet sirvió para la construcción de los grandes castillos cruzados de Tierra Santa, posteriores en al menos cincuenta años.
En Tortosa los templarios se centraron en el control fluvial y portuario de la ciudad y el urbanismo. Así levantaron torres como la del Prior y la Font del Quinto o barrios como El Temple, la judería nueva y la Vilanova, llegando a administrar el castillo de la Suda.
A finales del siglo XIII, los templarios cambiaron su señorío sobre la ciudad de Tortosa por Peñíscola y toda su demarcación, a la que añadieron el castillo de Alcalá de Xivert.
En Peñíscola, ciento cincuenta años más tarde, siguieron exactamente el mismo modelo constructivo de Miravet, su primera obra arquitectónica militar de envergadura. Peñíscola es el castillo templario mejor conservado del mundo, puesto que las guerras no le afectaron en demasa.
La impresionante fortaleza de Monzón fué remodelada en gran parte para adaptarla a las necesidades defensivas y monásticas de los templarios. A pesar de participar en todas las guerras, con los consiguientes destrozos, Monzón sigue asombrando por su integridad y contundencia.
Gardeny, cuyo castillo domina una de las dos colinas de la ciudad de Lleida, es también una obra genuinamente templaria, desde donde ejercian la mayor de las tareas de limosna para pobres de todo el reino, prueba de la riqueza y la importancia de la casa.